La historia del Barrio de La Arena comenzó a mediados del siglo XIX y podemos hablar de una fecha muy concreta: el 22 de Agosto de 1850. Ese día, Félix Valdés de los Ríos, marqués de Casa Valdés, solicitó al Ayuntamiento de Gijón que le vendiera los arenales, en aquellos tiempos de muy difícil acceso. El Ayuntamiento realizó una subasta y dividió los terrenos en tres partes. La mayor superficie la vendió al marqués, y otra, mucho más pequeña, a Romualdo Alvargonzález; la tercera, que recibiría luego el nombre de La Florida, la reservó el municipio para zona de recreo, (situada en el polígono que hoy forman la calle Alarcón, la calle Luciano Castañón, la avenida de la Costa y el Parque e Cocheras) donde estuvieron el Parque Continental y el conocido circo-teatro-cine Campos Elíseos (ubicado durante varias décadas en la esquina de Ramón y Cajal con la avenida de la Costa, fue derribado en el año 1964, construyéndose en su lugar, y con gran propaganda respecto a su modernidad, el rascacielos que hoy contemplamos).
Más hacia levante había otro centro lúdico emblemático de Gijón: la Plaza de Toros de El Bibio (hasta su construcción en aquellos años existía una provisional, de madera, en Begoña).
El ensanche también afectó a dos fincas cuyos nombres están muy olvidados: El Balagón (cuyo eje central es la Calle Dindurra, contó con no pocos y hermosos chalés), y El Tejedor (terreno al que hoy conocemos como Zarracina, barrio lleno de fábricas y talleres y reservado para viviendas modestas).
Félix Valdés de los Ríos se embarcó posteriormente en la tarea de convertir el suelo arenoso en cultivable, un trabajo que había comenzado antes de ser el propietario del terrero, pues ya desde 1850 depositaba allí el limo y la tierra que sacaba de la limpieza del puerto local, empresa que había ganado en subasta.
En 1853 se concedieron al marqués de Casa Valdés los terrenos del arenal que había solicitado tres años antes. El Ayuntamiento condicionaba la venta a que el comprador aceptase el plano de urbanización que se realizase en su momento. Una vez aprobado el plano del ensanche por aquella parte de Gijón, comenzaron los trazados de calles y las construcciones con las rectificaciones pertinentes. Ya en 1888 la comisión recordaba la necesidad de prolongar el Muro hasta el Piles. El incremento de la población y la aparición de fábricas y talleres evidenciaron la necesidad de un muro de contención que evitase la acometida del mar. Su construcción se prolongó desde 1907 hasta 1914.
Las calles trazadas en la zona más cercana al mar, las del barrio conocido propiamente como el Arenal o La Arena, se llenaron a partir del último cuarto de siglo XIX de modestas casas de planta baja que dejaban grandes patios en el interior de la manzana. Patios en muchos casos ocupados por viviendas obreras, llamadas ciudadelas, que servían de alojamiento para trabajadores gijoneses más desfavorecidos, construidas con materiales de baja calidad, y en bastantes casos sin contar con licencia municipal. Sus condiciones higiénicas eran asimismo deficientes.
La Arena se equiparaba, en cuanto a servicios urbanos y sanidad, con el centro de la población, mientras que la mayor parte del barrio disponía de viviendas y condiciones de vida precarias. De hecho, uno de los rasgos distintivos de este barrio ha sido la proliferación de estas ciudadelas, donde su número llegó a superar el centenar, aunque buena parte fue clausurada por las autoridades municipales en 1890.
No podemos olvidar la importancia del tranvía en la expansión y el desarrollo de esta parte de Gijón. No en vano la línea que iba a Somió (primero, desde 1890, tirada con mulas, y ya desde 1909 electrificada) pasaba justamente delante de los Campos Eliseos y de la plaza de toros. Casualmente el mismo año que desaparecieron los tranvías en la ciudad se hundió parte del cine Los Campos, y al año siguiente, en 1964, se derribó. A partir de este momento comenzaron a extenderse las edificaciones en la zona.
La ocupación del barrio fue lenta. Se incrementó en la zona más alejada del centro, cuando el Muro era ya una realidad, y sólo se completó, llevando de vivienda el paseo a partir del año 1960. Las construcciones de la zona sufrieron un crecimiento desmedido que llevó a la aparición de grandes bloques de edificios, algunos incluso sombreando la misma arena de la Playa San Lorenzo.
Fuente: Información extraída de la Publicación El Arenal de San Lorenzo – Historia del ensanche de La Arena editada por el Ayuntamiento de Gijón en Septiembre de 2001 con ocasión de la entrada en servicio del nuevo Centro Municipal de La Arena.